Semiótica

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martes, 30 de septiembre de 2014

Una mirada a Propp

REFLEXIONES, APORTES Y COMENTARIOS

Al filólogo, folclorista y antropólogo ruso Vladimir Jakovlevic Propp se le atribuye ser uno de los principales precursores en el análisis de la narrativa. Podría decirse que su labor le facilitó la búsqueda del ahínco por descubrir esos signos, implícitos muchas veces, en las diversas formas que nos trae la narración, desde las más simples hasta las más complejas. Propp enseñó lengua y literatura rusas, y también escribió obras entre las que se destacan "Morfología del cuento". Este gran autor nos enseña que cualquier cuento posee una estructura con funciones fijas que pueden combinarse para lograr una tipología precisa de los personajes y los sucesos  que de ellos hagan parte, es algo que en resumidas cuentas puede denominarse también como homogeneidad estructural de los cuentos.

Realizando un análisis a cada una de las funciones que Vladimir Propp formuló para los cuentos, observamos que desde su fundamento nos aportan unos aspectos importantes para hacer de este tipo de relatos, las más increíbles muestras de hasta dónde llega la imaginación humana en estas creaciones y que vemos reflejadas en nuestro mundo en la literatura, el cine, el teatro, etc. 
Por otra parte, nos atrevemos a afirmar que cada una de esas funciones son un signo inmerso y extraído de la lectura exhaustiva de estos relatos. 




Las funciones de Vladimir Propp

 

Analizando la estructura de los cuentos tradicionales, el teórico ruso Vladimir Propp definió una serie de elementos recurrentes en ellos. Estos elementos son funciones de la trama de la narración y de los personajes que se repiten con frecuencia en las historias.

Propp definió 31 funciones:

1- El alejamiento. Un miembro del grupo se aleja.
2- La prohibición. Al héroe se le prohíbe algo.
3- La transgresión. El heroe transgrede la prohibición.
4- El conocimiento. El héroe y su antagonista entran en contacto.
5- La información. El antagonista obtiene información sobre su víctima.
6- El engaño. El antagonista engaña a su víctima.
7- La complicidad. La víctima, engañada, ayuda al antagonista.
8- El daño. El antagonista causa daño a un miembro del grupo.
9- La mediación. Se pide u ordena al héroe partir para reparar el daño.
10- La aceptación. El héroe toma la decisión de partir.
11- La partida. El héroe parte.
12- La prueba. El héroe es sometido a una prueba para obtener una ayuda.
13- La reacción. El héroe supera la prueba o no logra hacerlo.
14- El regalo. El héroe recibe la ayuda, un objeto mágico para su travesía.
15- El viaje. La búsqueda del héroe lo conduce a otros lugares.
16- La lucha. El héroe y su antagonista se enfrentan.
17- La marca. El héroe es marcado por el enfrentamiento.
18- La victoria. El héroe derrota a su antagonista.
19- La enmienda. Se repara el daño.
20- El regreso. El héroe regresa a casa.
21- La persecución. El héroe es perseguido en su regreso.
22- La ayuda. El héroe recibe la ayuda de alguien.
23- El regreso como incógnito. El héroe regresa sin ser reconocido.
24- El fingimiento. Un falso héroe hace suyos los logros del real.
25- La tarea difícil. El héroe se enfrenta a una tarea difícil.
26- El cumplimiento. El héroe cumple con la tarea.
27- El reconocimiento. El héroe es reconocido.
28- El desenmascaramiento. El falso héroe es desenmascarado.
29- La transfiguración. El héroe toma una nueva apariencia.
30- El castigo. El antagonista recibe su castigo.
31- La boda. El héroe se casa.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Un análisis al análisis semiótico: la semiótica en la narrativa y el discurso

REFLEXIONES, APORTES Y COMENTARIOS
En el mundo de los signos vemos cómo la semiótica no se limita exclusivamente al acto comunicativo como tal, sino que busca además de transmitir un mensaje, una intención significativa. De esta manera asumimos que la comunicación es uno de los tantos rasgos que componen al vasto complejo semiótico al que, sin lugar a dudas, no se le puede dejar por fuera al momento de realizar un riguroso análisis de lo que nos depara en la realidad lingüística.

Un análisis semiótico, desde nuestra perspectiva, permite la puesta en marcha de un proceso de interpretación de todo lo que nos llega a través de la comunicación desde sus diferentes formas. Una vez captado el mensaje, el receptor podría apreciar una intención directa o un sinnúmero de ambigüedades del producto de ese acto, entonces es aquí donde hablamos de perspectivas hacia el signo.


La razón de la semiótica para estos casos es llevarnos a descubrir diferentes campos del lenguaje para darle sentido a las cosas y esto se logra aplicando los niveles de análisis.   

No cualquiera puede ser un escritor, pero un escritor puede venir de cualquier parte. No es difícil concebir el hecho de que existen mundos plasmados en libros imaginados por mentes que no tienen que ser las más brillantes. Existen letras que son capaces de transportarnos de un lugar a otro en un santiamén, capaces de hacernos sentir, amor, dolor, felicidad y hasta agonía. Hay autores que llegan a ponernos en la misma brecha por la que transitaron para poder hacer un escrito, llámese cuento, novela, crónica, etc.

En algunos casos vamos paralelamente al leer, por la ya mencionada brecha; en otros, cruzamos de un lado a otro como atravesar una calle, y en otros ni siquiera vemos tal sendero y terminamos sin entender la postura del autor, pero concluimos en algunas ocasiones con una sonrisa por terminar de haber leído algo.

Aun así, existen pautas planteadas desde la semiótica que nos ayudan a comprender el trasfondo de un texto narrativo. Estas pautas a primera impresión pueden parecer  tediosas y difíciles pero después de práctica pueden abrir nuevos horizontes de significación. Por ejemplo, para el relato de la cenicienta podemos encontrar en primer lugar el análisis de la secuencia inicial y final, teniendo en cuenta los aspectos relevantes que conllevan al avance de los hechos. Es decir, aquellas “realidades” que imagina el autor para poder darle movimiento o impulso a un relato cualquiera. Por ejemplo, una personaje malvado, una situación por resolver, etc.

En segundo lugar, está el ordenamiento sintáctico que no es más que esa secuencia significativa de los hechos en un relato. Siguiendo con el anterior, sería la vida de esta plebeya, su sueño de ir a palacio, la pérdida de una zapatilla, el anhelo del rey porque su hijo se case, etc. En tercer lugar vendrían los puntos clave del análisis sintáctico que dependen del tipo de relato al que se va a aplicar. En este caso encontramos la aparición de una mediación que es el querer por parte de cenicienta, casarse con el príncipe. Esta mediación está comprendida por una conjunción espacial que es ese contexto donde se desarrollan los hechos y una conjunción amorosa comprendida por ese sentimiento de amor que se respira en cada letra o escena.

Y para finalizar vendría a ser la boda entre el príncipe y cenicienta, donde podría plantearse que la segunda pasaría de un estado a otro para mejorar su condición amorosa y económica.


En fin, podría continuarse este análisis desde lo semiótico y no bastarían dos o tres cuartillas para hacerlo. Lo relevante entonces es saber que se puede acercar a elementos pertinentes para entender verdaderamente un relato.

viernes, 5 de septiembre de 2014

ENSAYO SOBRE LA FUNCIÓN DEL SIGNO

SIGNO, LENGUAJE Y LITERATURA

Enseñar se hace cada vez más complejo; hemos pasado de instruir a los jóvenes con ganas de ser hombres a cazar fieras en los bosques, a intentar transmitir lo más significativo de la basta información que hay actualmente gracias a todos los avances de la ciencia en todos sus ámbitos. También, hemos hecho una gran transición en cuanto a herramientas educativas. Tenemos la capacidad y tecnología suficiente  para hacer frente a las demandas y niveles de preparación que la sociedad actual requiere. En el mismo sentido, podemos hacer hincapié en la herencia cultural de cualquier parte del mundo, recalcando aquello que aprendemos a lo largo de nuestras vidas: los signos. Supuesto esto, sabemos que la lengua se halla inmersa dentro de este sistema en la capacidad que tiene el hombre para comunicarse con los de su misma especie, el lenguaje, por lo cual es de vital importancia enseñársele desde temprana edad.

Ahora bien, ya que el lenguaje implica amplias maneras de comunicación, podemos hacer mención que dentro de este encontramos cantidades de sistemas de signos que utilizamos a la vez y a cada instante.  Tenemos entonces signos del lenguaje, de la escritura, de cortesía, monetarios, del arte, etc., los cuales tenemos que aprenderlos de alguna u otra forma. Los signos están en todas partes, y a cada momento nos transmiten un mensaje. Enseñar entonces lenguaje y literatura implica también la enseñanza de los signos que estos necesitan para ser entendidos.

La importancia del signo para el mundo del lenguaje y la literatura radica en el impregnar mental del mundo que nos rodea. Sería imposible entender lo que está a nuestro alrededor si no existiese la estrecha relación entre el significado y el significante (caras psíquicas del signo). Es necesario entonces tener en cuenta esta poderosa idea para plasmar en los infantes todo aquello que en algún momento van a necesitar; es decir, desde entender qué es un zapato, pasando por reconocer su hogar y todo lo que en él hay, hasta familiarizarse con lo que cuenta una ciudad.

Estamos condicionados a sacar a flote en nuestra mente los significantes de los significados de las cosas que están en derredor nuestro de una forma veloz, y es gracias a la adhesión de miles o tal vez millones de signos que almacenamos. El enseñar lenguaje y literatura no es simplemente aprender a hablar, leer o incluso interpretar, sino también, interiorizar lo palpable, convirtiendo lo material y tangible en información psíquica para luego hacer uso de ello. Es simplemente poder “administrar” lo que vemos, oímos y sentimos de tal manera que podamos encajar en el constante ciclo comunicativo como emisores o receptores de mensajes con carga de significado.

Los signos los podemos encontrar en todas partes y en un sinnúmero de formas. El ser humano los ha desarrollado y hacen parte de nuestra cotidianidad siendo tan profunda nuestra relación con ellos y la interiorización de estos que fácilmente distinguimos en qué campo funcionan o en qué casos se pueden usar sin al menos ponernos a pensar detenidamente en ello. Cada medio cultural nos arroja una baraja de maneras con respecto a estos sistemas de signos, y que muchos tienen en común con otros en el mundo, para que los apliquemos según el medio en el que nos desenvolvemos. Muy bien lo resalta Eco afirmando que: “Así, la cultura puede estudiarse por completo desde un ángulo semiótico y a la vez la semiótica es una disciplina que debe ocuparse de la totalidad de la vida social”.

La lengua es uno de esos sistemas que abarca la interpretación de otros sistemas de signos, por lo cual podemos imaginar la gran función que tiene y cuan abarcable es para la comunicación humana. Señalamos aquí una clave para la importancia teórica que tiene la lengua, y es la de conocer el uso de ésta como mediadora o herramienta para explicar y concebir los fenómenos, procesos, los modos de vida, entre otros aspectos; es decir, la realidad del hombre como tal. Para la educación de este es muy significativo implementar las destrezas en el uso de los signos, pero más importante el uso de la lengua. Y es que a través de la lengua se ejecutan las más prestigiosas y fantásticas obras de las culturas, entre ellas la literatura.

Sin la ayuda de los signos es imposible entender el mundo. Ya sean verbales o no verbales, estos nos ayudan a interpretar y dan directrices al comportamiento humano y sus vivencias. El signo como fenómeno semiótico nos permite determinar la visión de lo que nos rodea, ya que cada cultura tiene una apreciación de su medio. Para la formación integral del hombre, su contexto juega un papel fundamental en la apreciación de los sistemas semióticos. Volviendo a Eco en su planteamiento de la vida social como un sistema de signos plantea que: “Dentro de la cultura cualquier entidad se convierte en un fenómeno semiótico y las leyes de la comunicación son las leyes de la cultura”, evidenciamos entonces el porqué de los rasgos tan distintivos de una sociedad con respecto a otra (en otro ámbito, lo que se conoce como identidad cultural). Un mismo signo puede tener distintas funcionalidades, aun cuando su sustancia es la misma. Esto explica la razón por la cual para unos el blanco representa la paz y/o pureza, mientras que el mismo signo es luto en China.

Por otro lado, podemos señalar que la teoría piagetiana basa su teoría en la idea de que los niños no piensan como los adultos. Ésta describe a las estructuras mentales o "esquemas" de los niños mientras se desarrollan de infantes a adultos. Además concluye que a través de sus interacciones con su ambiente, los niños construyen activamente su propia comprensión del mundo. La teoría de Piaget pretende que el lenguaje de un niño refleje el desarrollo de su pensamiento lógico y sus habilidades de razonamiento en los periodos o etapas concernientes al crecimiento normal de un individuo. Es decir, el ser humano desde temprana edad impregna en su cerebro las asociaciones reales y psíquicas para comprender la esencia de su entorno. Y no sólo basta con dejar al libre albedrío el aprender los cientos de sistemas de signos que existen; sino más bien integrarse a un proceso de enseñanza, la cual es la guía por excelencia que muestra el horizonte hacia donde de alguna manera todos terminamos mirando.

Un mundo sin signos no puede ser concebido de ninguna manera, mucho menos  uno donde no podamos hacer uso de los de la lengua, porque esta es la interpretante de todos los demás sistemas lingüísticos, apoyando entonces la relevancia de su aprendizaje desde las aulas de clase. Es inevitable no tener contacto con ellos y más aún, cuando a través de estos es como adquirimos el conocimiento y la cultura. En fin, precisamos de la enseñanza del universo de los signos y sus funciones para agregar una característica más a los que somos y que nos diferencia de otros seres vivos, para convertirnos sin remedio alguno en un signo como tal.


jueves, 4 de septiembre de 2014

Actividades - El signo lingüístico

1. Diga si los siguientes hechos son signos, señales o símbolos:
  • Un termómetro
  • El abrazo de un padre a su hijo.
  • El semáforo en verde.
  • El león en un escudo.
  • La palabra "puerta"
  • La palabra "exit" encima de una puerta.
  • Una bandera roja en un playa.
  • Una medalla de oro, de plata, de bronce.
  • El llanto de un bebé.
  • Una bandera a media asta.
  • Un cartel con una calavera cruzada por dos huesos donde dice "Peligro"
  • Un nubarrón.
  • Un anillo de alianza en el dedo

2. Clasificar las palabras siguientes por el significado o por el significante.

casa - piso - apartamento - chalet - palacio - chabola

sala de estar - dormitorio - cocina - baño - balcón - terraza - pasillo

olla - cacerola - sartén - tortera - fiambrera - jarro - cuchillo - bandeja - vaso - sopera - copa - taza

auto - moto - barco - avión - tren - bicicleta

preferencia - conferencia - sugerencia

sobrino - cuñado - padrino - nieto

gato - perro - caballo - vaca

lancha - yate - nave - barca

3. Agrupa las siguientes palabras en campos semánticos abajo indicados:

alcalde - jabalina - olimpiada - ayuntamiento - batería - jazz - yemas - parlamento - avión - metro - migas - pértiga - frituras - guitarrista - balonmano - gazpacho - senado - auto - barco
  • Deporte
  • Música
  • Política 
  • Medios de transporte
  • Comida
4. Completar con atender / acudir / esperar.
  • Estoy ___________________ el autobús desde hace media hora-
  • El abogado está ________________ a un cliente.
  • Hemos ido al aeropuerto a _________________ a Juan.
  • Al empezar el incendio ____________________los bomberos.
  • La enfermera _________________ a los enfermos.
  • __________________(yo) que mañana llueva.
  • Este niño no ________________ lo bastante en clase; lo veo siempre distraído.
  • Estaba gravísimo pero _____________ (ellos) a tiempo para salvarle.
  • ¿Le _______________(ellos), señora? - Sí, me está________________ esta señorita.
  • Me ________________ unos días de gran trabajo.
  • Mis padres ________________verte entre nosotros.

Clases de signos




















Según su naturaleza:
  • Signos humanos: los que utiliza el hombre para comunicarse.


- Signos verbales: los que se utilizan en la comunicación verbal.



- Signos no verbales: gestos, imágenes, etc.


  • Signos no humanos.


Según el canal:

  • Signos visuales: señal de tráfico, palabra escrita…


  • Signos auditivos: un silbato, la palabra hablada…

  • Signos táctiles: un codazo, una palabra escrita en Braille…


  • Signos gustativos: el sabor amargo de algo en mal estado…

 

  • Signos olfativos: el humo de un cigarrillo…                                     

Según su origen:

  • Signos naturales: surgen de modo espontáneo en la naturaleza y, por tanto, no están sujetos a convenciones: el humo es un signo de fuego.

  • Signos artificiales o culturales: son de carácter convencional y han surgido con la intención de comunicarse.


Según la relación que el signo mantiene con su referente:

  • Indicios o señales: signos que mantienen una relación natural, de causa-efecto, con el referente (el humo es signo de fuego, la fiebre es signo de enfermedad…). Son los signos naturales.







  • Iconos o imágenes: signos que presentan una relación de semejanza con su referente (un retrato es un signo icónico de una persona, un plano es un signo icónico de una ciudad…)



  • Símbolos: signos que de un modo convencional se utilizan para representar otras realidades, sin que presenten con ellas ni un parecido ni ningún tipo de relación motivada (las banderas, la notación química, las notas musicales, las palabras de la lengua hablada y escrita).



REFLEXIONES, APORTES Y COMENTARIOS
Hemos sido creados con formas de percibir este mundo. Tenemos la capacidad de adaptarnos a diversas situaciones dependiendo de la carencia de alguna de esas formas. Por ejemplo, si una persona pierde la capacidad de ver, con el tacto podría hacerlo; incluso hasta con el habla y el oído mezclados. O tal vez si no tiene habla u oído, podría comunicarse a través de las señas. El punto es que somos tan completos en este sentido que el apreciar la majestuosidad de la comunicación siempre es posible de una u otra forma. La misma naturaleza se encarga de hablar a través de signos que pues, por razones obvias, no son hechos por el hombre, es decir, podemos ver en la lejanía una nube negra para ser interpretada como lluvia, un intenso calor como el aproximarse de una temporada de sequía, o el florecer de las flores o la migración de algunos animales como el cambio de estación en algunas partes del mundo. Nosotros también usamos signos para interactuar con los de nuestra misma especie apelando a los verbales o los no verbales. En estos últimos nos hemos hecho expertos para usarlos, crearlos y manipularlos a nuestro antojo; desde la imagen racista de los judíos con una enorme nariz en los tiempos de la segunda guerra mundial, hasta la cruz roja que es reconocida internacionalmente. Estamos regidos por lo que llamamos códigos, los cuales son sistemas de signos con reglas para ser usados, por ejemplo, el alfabeto de un idioma, o las señales de tránsito que hasta pasamos por alto algunas veces. En fin, tan colosal es el hecho de que el hombre pudiese comunicarse que sólo se le puede comparar con el poder haber sido capaces de crear signos plasmables de esas formas de comunicación.

El signo y el signo lingüístico

Del latín signum, señal. Dícese de todo elemento portador de contenido semántico e integrado en un sistema. Las señales mediante las cuales nos comunicamos se denominan signos lingüísticos o verbales. También hay signos no lingüísticos o no verbales tales como: los aplausos, las luces de un semáforo o el humo. 

Un signo puede ser una palabra, una combinación de cartas en el juego, una imagen, una secuencia cinematográfica, un cuadro, objetos del mundo…Es la realidad, semióticamente completa, “más pequeña” de que se puede hablar. El signo es la unidad de un concepto y una imagen acústica. Un significado y un significante, dos entidades que se definen por la relación recíproca.


Fuentes:
Saussure: el signo lingüístico. Educatina. 01/09/2014

REFLEXIONES, APORTES Y COMENTARIOS
El signo es una moneda con sus dos caras. por un lado el significante y por el otro el significado. Hay una relación indisoluble entre estos de tal manera que gracias a tal unión podemos entender lo primero que observamos al levantarnos y lo último que apreciamos al acostarnos.

Umbrales de la semiótica


Umbral inferior de la semiótica
Una investigación sobre este primer «umbral» semiótico ha de servir, por lo tanto, más que para caracterizar a la semiótica desde dentro, para circunscribirla desde el exterior. Y a la vez le ha de suministrar los instrumentos que, una vez precisadas las correspondientes diferencias, han de servir para definirla en su propia naturaleza específica.



Por otra parte, decir que la semiótica comienza donde se perfila aquella entidad oscura que es el «sentido» no ha de inducir a confundirla con la semántica, que tradicionalmente se ocupa (o finge ocuparse) del «sentido» o del «significado». La semiótica debe abarcar también aquellos procesos que, sin incluir directamente el significado, permiten su circulación.



Digamos, pues, en una primera aproximación, que la semiótica estudia todos los procesos culturales (es decir, aquellos en los que entran en juego agentes humanos que se ponen en contacto sirviéndose de convenciones sociales) como procesos de comunicación. Téngase en cuenta que esta definición excluye por ahora dos formulaciones que pudieran dar lugar a equívocos. La primera es «sistema de signos» y la segunda, «sistema de comunicación». En realidad no sabemos aún si en los procesos de comunicación intervienen solamente los «signos» o éstos se basan en «sistemas». Y el propio concepto de «comunicación» no está claro todavía. Si el umbral inferior de la semiótica estaba representado por el linde entre señales y signos, el umbral superior está representado por el linde entre aquellos fenómenos culturales que sin lugar a dudas son «signos» (por ejemplo, las palabras) y aquellos fenómenos culturales que parecen tener otras funciones no comunicativas (por ejemplo, un automóvil sirve para transportar y no para comunicar). Si no resolvemos ante todo el problema de este umbral superior ni siquiera podemos aceptar la definición de la semiótica como disciplina que estudia todos los fenómenos culturales como procesos de comunicación. 



Umbral superior de la semiótica

Si aceptamos el término «cultura» en un sentido antropológico correcto, inmediatamente se perfilan dos fenómenos culturales a los que no puede negárseles la característica de ser fenómenos comunicativos: a) la fabricación y el empleo de objetos de uso; b) el intercambio parental como núcleo primario de relación social institucionalizada.


No hemos escogido casualmente estos dos fenómenos: son fenómenos constitutivos de toda cultura, junto con el nacimiento del lenguaje articulado, y los hemos individualizado al ser objeto de diversos estudios semio-antropológicos, para demostrar que toda cultura es comunicación y que existe humanidad y sociabilidad solamente cuando hay relaciones comunicativas. 


Este tipo de investigación se puede articular por medio de dos hipótesis, una más radical —una especie de exigencia «no negociable» de la semiótica— y la otra aparentemente más moderada. Las dos hipótesis son: a) toda cultura se ha de estudiar como un fenómeno de comunicación; b) todos los aspectos de una cultura pueden ser estudiados como contenidos de la comunicación.



























Fuente:
La estructura ausente, Umberto Eco, 1986, Editorial Lumen.


REFLEXIONES, APORTES Y COMENTARIOS
Imaginemos por un momento la transición por la que ha pasado el mundo de los signos para llegar a ser lo que es hoy. A donde quiera que vayamos tenemos no uno, sino billones y billones de signos por interpretar. Vamos por un momento al centro de nuestra ciudad, especialmente por los lugares para hacer compras y ya estamos viendo marcas, precios, luces, colores, etc. Llegamos a la casa de nuestro amigo y casi inmediatamente hacemos una rápida inspección de lo que hay o lo que no hay y sacamos nuestras conclusiones hasta inconscientemente.
Cada día se están inventando nuevos signos para los idiomas, para dar a conocer algo, para diferenciar esto de aquello, etc. ¿Si en la actualidad estamos saturados de signos hasta el punto de la contaminación, que será de nuestra realidad dentro de diez, veinte o cincuenta años? Por lo menos sabemos que seremos capaces de conocerlos todos gracias a la capacidad de nuestros cerebros. Mucho se ha especulado de cómo será el futuro. Hacemos lo mismo que hacían las personas cincuenta años atrás. Continuamos imaginando carros voladores, cero enfermedades, robots, viajes en el tiempo o al espacio. Un dibujo animado de la cadena fox, Futurama, nos acerca un poco a tal realidad. Hay un capítulo donde se muestra que habrá una tecnología capaz de introducir comerciales en nuestras mentes mientras dormimos, tal vez se salga de contexto, o suene ridículo pero nos muestra la verdad del argumento anteriormente planteado. Habrá tanto que interpretar, tanto que analizar, que terminaremos aumentando tal vez la capacidad de nuestros cerebros para coexistir con tanta información que bombardeara nuestros sentidos.
Es inevitable el crear nuevos signos a diario porque el hecho de que el hombre es capaz de hacer tanto, significa arrojar a la luz nuevas cosas cada día, y esas cosas por regla necesitan un nombre para reconocerlas. Por ejemplo, imaginemos que, hipotéticamente,  un científico cree unos zapatos que con ayuda del magnetismo nos ayude a levitar y transportarnos más rápido; y que quiera nombrarlo fly shoes, ese sería un nuevo signo que se añadiría a un campo semántico para ser usado. Eso mismo ha pasado con muchas cosas.
Inclusive, hay un fenómeno que “colombianamente” y más que todo en la región caribe se conoce como Costeñol, que no es más que un dialecto del español. Este dialecto fue nombrado así por Jorge Elias Lambraño Cury, natural de Corozal, apuntando a nuestra forma de expresarnos tan peculiar. Ahora bien, conocemos muchos significados por ser nuestro idioma materno, pero nosotros cambiamos hasta cierto punto los significantes. Cury afirma que de seguir este fenómeno, en el futuro las personas de otras regiones de nuestro país, tendrán que venir a la costa caribe acompañados de un traductor para poder entendernos.
Se avecina un presente en donde tendremos que acostumbrarnos a nuevos signos, y para ello por ahora vasta esperar a que lleguen para ser aprendidos y asi poder entender cuando nos lleguen ofreciendo los hipotéticos fly shoes.


El signo según Peirce
















Fuente:
El signo según Peirce, Educatina. 31/08/2014

Semiótica según Saussure, Peirce y Eco

Según Ferdinand de Saussure 
"La lengua es un sistema de signos que expresan ideas y, por esa razón, es comparable con la escritura, el alfabeto de los sordomudos, los ritos simbólicos, las formas de cortesía, las señales militares, etc. Simplemente es el más importante de dichos sistemas. Así pues, podemos concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el marco de la vida social; podría formar parte de la psicología social y, por consiguiente, de la psicología general; nosotros vamos a llamarla semiología. Podría decirnos en qué consisten los signos, qué leyes los regulan. Como todavía no existe, no podemos decir cómo será: no obstante, tiene derecho a existir y su lugar está determinado desde el punto de partida".

Según Charles Sanders Peirce
"Que yo sepa, soy un pionero, o, mejor, un explorador, en la actividad de aclarar e iniciar lo que llamo semiótica, es decir, la doctrina de la naturaleza esencial y de las variedades fundamentales de cualquier clase posible de semiosis"... "Por semiosis entiendo una acción, una influencia que sea, o suponga, una cooperación de tres sujetos, como por ejemplo, un signo, su objeto y su interpretante, influencia tri-relativa que en ningún caso puede acabar en una acción entre parejas".

Según Umberto Eco

"En términos académicos no considero la semiótica como una disciplina, ni aun como una división, sino quizás como una escuela, como una red interdisciplinaria, que estudia los seres humanos tanto como ellos producen signos, y no únicamente los verbales". Umberto Eco considera la semiótica como una escuela más que como una ciencia, de tal forma que la cultura entera es estudiada como fenómeno semiótico; la semiosis, para Eco “es el resultado de la humanización del mundo por parte de la cultura. Dentro de la cultura cualquier entidad se convierte en un fenómeno semiótico y las leyes de la comunicación son las leyes de la cultura. Así, la cultura puede estudiarse por completo desde un ángulo semiótico y a la vez la semiótica es una disciplina que debe ocuparse de la totalidad de la vida social”.

Fuentes:
Tratado de semiótica general, Umberto Eco, 2000, Editorial Lumen.

Otras corrientes centradas en el lector: Umberto Eco, Elena Gallardo Paúls. En:http://peripoietikes.hypotheses.org/539 26/08/2014

REFLEXIONES, APORTES Y COMENTARIOS
La vida misma es un signo. Es difícil imaginar cómo, de alguna manera y en cierto modo, estos tres personajes apuntan hacia lo mismo, es decir, el hecho de que existe alrededor de nosotros millones y millones de voces que silenciosamente gritan realidades que nos ayudan a entendernos como tal y que sin ellos seria imposible nuestra propia realidad.

Semiótica: definición y ramas


La semiótica es la ciencia o disciplina que se interesa por el estudio de los diferentes tipos de símbolos creados por el ser humano en diferentes y específicas situaciones. Este estudio se basa en el análisis de los significados que cada tipo de símbolo puede tener y cómo ese significado puede ir variando a lo largo del tiempo o del espacio. Se puede considerar a la semiótica (o también conocida como semiología) como una sección importantísima de la antropología ya que su trabajo versa sobre la cultura del ser humano actual y de otras épocas. El término semiótica proviene del griego semeiotikos, que significa ‘intérprete de signos’. 



Ramas de la semiótica
La semiótica se encuentra dividida en diversas clases: 
  • La semántica que es la encargada de estudiar qué relaciones existen entre significantes y significados; es decir el significado de las palabras, de los enunciados y de las oraciones.
  • La onomasiología que se encarga de nombrar a los objetos y establecer las diferentes denominaciones para una misma cosa.
  • La semasiología, al contrario, estudia la relación que existe entre un objeto y su nombre. En el caso del diálogo, parte del receptor al emisor para el estudio del mismo.
  • La pragmática es la encargada de estudiar las relaciones entre significantes y usuarios; es decir de qué forma emplean los seres humanos los diferentes signos a la hora de comunicarse.
  • La sintaxis es la parte de la semiótica que se encarga de estudiar las relaciones que se establecen entre los diversos significantes.